viernes, 12 de febrero de 2016

Desarrollo motor y cognitivo

El Desarrollo Motor
El desarrollo motor comienza por establecer un control de los movimientos de la cabeza, que luego se va extendiendo a los brazos, las manos, el abdomen, las piernas y los pies.

El Desarrollo de la Locomoción

Uno de los aspectos importantes del desarrollo motor es el relacionado con la locomoción. Aunque el niño dispone al nacer de un reflejo de reptación, pierde esta capacidad, teniendo que volver a aprender a arrastrarse
El aprendizaje de la locomoción transcurre en la siguiente secuencia: arrastre, gateo, hasta la marcha en posición erguida.

A continuación se muestran se muestran las secuencias de la postura para la locomoción en el niño desde el nacimiento hasta los 3 años: puede subir escaleras y bajarlas sin ayuda y hacia los dos años recoger un objeto sin caerse Esta etapa requiere mucha ayuda del adulto. Los primeros pasos libres se logran aproximadamente al cumplir el primer año y muchas veces inducido por los adultos.


Hacia los 3 meses:

El niño logra mantener la cabeza en posición firme y recta. Los pasos siguientes serán: sentarse, gatear y caminar. Estas conductas son la base para adquirir la coordinación dinámica general.
A los 6 meses:
El bebé se mantiene sentado con apoyo, pero su posición no es del todo estable, ya que el tronco y las piernas permanecen pasivas, observándose la espalda curvada y las piernas flexionadas.
A los 7 meses:
Ya se sienta sin apoyo durante breves momentos, pero hasta los 10 meses no logra la madurez necesaria para mantener el equilibrio sentado.
Ahora ya no se cae hacia atrás o hacia un lado, y puede maniobrar relativamente bien, inclinándose hacia delante y volviéndose de lado.
A los 8 meses:
Se mantiene parado con apoyo,
A los 9 meses se sostiene por sí mismo con las manos, pudiendo permanecer parado agarrándose a la barandilla del corralito o la cuna.
Esto le permitirá desplazarse, y es signo de que su coordinación y equilibrio estático se están estableciendo.
A los 10 meses:
Se para y se sienta él solo, aunque sus movimientos son poco coordinados; Le falta independencia y equilibrio para estar de pie, por eso necesita una base de apoyo ancha (una mesa, silla, )
A los 11 meses:
Ensaya los primeros pasos, pero necesita apoyarse en las dos manos. A los 12 meses ya camina agarrado de una sola mano y a los 15 ya lo hace sin ayuda.
A partir de este momento ejercita la marcha y logra seguridad y equilibrio; sus pasos se vuelven más suaves y regulares. Ya con 24 meses adquieren rapidez.
De 18 a 24 meses:
Afirma su equilibrio dinámico cuando está en movimiento.
Aprende a subir escaleras agarrado de la mano, y puede ir arrastrando juguetes mientras camina.
A partir de los 2 años:
Realiza simultáneamente desplazamientos y actividades con las manos.
Puede correr sin caerse, aunque no controla el detenerse porque carece de freno inhibitorio, que irá adquiriendo a partir de este momento, y que le permitirá, a partir de los 3 años, regular y moderar a voluntad sus movimientos.
Un logro muy significativo es que ya sube y baja escaleras, poniendo ambos pies en cada escalón.
A los 3 años:
Perfecciona toda su motricidad gruesa.

Puede caminar de puntillas, mantenerse en equilibrio sobre un pie, subir escaleras alternando los pies (aunque para bajar necesita apoyarlos en el mismo escalón, ya que aún tardará un año más para subir y bajar de forma definitiva)

El Desarrollo de la Prensión

Otro aspecto muy importante es el de los movimientos de la mano y la coordinación sensorio-motriz.

No es hasta el tercer mes cuando el niño sigue los objetos con la vista para realizar los primeros intentos de agarrar un objeto.

En el agarre, se produce la siguiente sucesión de movimientos: el niño es capaz de realizar una prensión dirigida visualmente; sin embargo, la prensión realmente controlada y segura no se logra hasta el séptimo u octavo mes.

• Desde el sexto al octavo mes los dedos aprietan objetos contra la palma, es decir, prensión “forma de tenaza"
• En el décimo mes realiza una prensión "tipo tijera" entre el dedo pulgar e índice. El pulgar presiona lateralmente el objeto contra el dedo índice.
• Al final del primer año la prensión es lograda con oposición total del dedo pulgar respecto a los demás dedos.

El Desarrollo Cognitivo
Piaget definió una secuencia de cuatro estadios o grandes períodos por los que todos los seres humanos atraviesan su desarrollo cognitivo.
Dichos estadios o períodos son:
• Período Sensoriomotor (0-2 años)
• Período Preoperacional (2-7 años)
• Período de las Operaciones Concretas (7-11 años)

• Período de las Operaciones Formales (11 -15 años)

En cada uno de esos períodos, las operaciones mentales adquieren una estructura diferente que determina la forma de ver el mundo.


Nos centraremos en analizar los dos primeros períodos, que abarcan desde el nacimiento hasta los siete años de edad:

Periodo Sensoriomotor


Este primer período abarca aproximadamente desde el nacimiento hasta los dos años de edad. Comienza a partir de los reflejos incondicionados y culmina cuando aparece el lenguaje.

Piaget distingue seis subestadios en este período.

A continuación describimos la secuencia de desarrollo cognitivo a través de estos seis subestadios del período sensoriomotor.


Los bebés usan sus reflejos innatos y adquieren cierto control sobre ellos. Por ejemplo, succionan cualquier cosa que esté cerca de su boca y aprisionan todo lo que toque su palma.

     Ejercicios reflejos. 0 a 1 mes
Practican repetidamente esos y otros reflejos y se vuelven más diestros, pero no pueden llegar a realizar esas acciones deliberadamente.
Comienzan a repetir las conductas placenteras que ocurren por azar, como por ejemplo chupar el pulgar.
     Primeros hábitos. 1 a 4 meses
Por azar, el pulgar del niño toca la boca, lo que dispara el reflejo de succión, que produce una sensación placentera y lleva a una repetición de la respuesta.
Esta reacción circular se denomina primaria porque radica en el propio cuerpo del niño.
El niño hace accidentalmente algo interesante o placentero, entonces la acción es repetida deliberadamente para obtener el mismo resultado (la acción-reacción es circular)
     Coordinación de la visión y de la presión y comienzo de las reacciones "secundarias" 4 a 8 meses
No hay intención en las acciones, pero se va provocando la respuesta querida por repetición.
Se le denomina secundaria porque sucede fuera del cuerpo del niño.
A medida que el niño coordina la actividad motora con la información sensorial, la conducta se hace más deliberada.
     Coordinación de los esquemas secundarios. 8 a 12 meses
De esta manera, los niños ven y toman un sonajero o ven un juguete al otro lado del cuarto y gatean hacia él.
Empiezan a anticipar sucesos y a utilizar esquemas previos para resolver problemas en situaciones actuales. Por ejemplo, cuando desean tomar un objeto que no está al alcance de su brazo, se inclinan hacia ese objeto.
En este momento sí existe intencionalidad en la acción.
En esta etapa, los bebés empiezan a experimentar con acciones nuevas para ver lo que sucede, en lugar de repetir simplemente patrones de conducta ya aprendidos.
     Diferenciación de los esquemas de acción por reacción circular terciaria. 12 a 18 meses
Se sirven del ensayo y error para encontrar la forma más eficiente de alcanzar nuevas metas.
La etapa se llama de las reacciones terciarias porque su propósito es la exploración.
Los niños empiezan a pensar en los problemas para encontrar soluciones mentales, es decir, ya no se basan exclusivamente en el ensayo y error.
     Comienzo de la interiorización de los esquemas y de solución de algunos problemas, con detención de la acción y comprensión brusca. 18 a 24 meses
De esta manera empieza a desarrollar seguridad sobre la forma de resolver problemas simples.
Este desarrollo es acompañado por una creciente habilidad para el uso de símbolos lingüísticos al tratar con gente y situaciones.

Periodo Preoperacional


Es la etapa del pensamiento y la del lenguaje, que abarca desde los 2 a los 7 años de edad.
Esta etapa implica un nivel cualitativamente superior en el desarrollo de las estructuras intelectuales
En ella el niño aprende que puede manipular los símbolos que representan el ambiente, imita objetos de conducta, juegos simbólicos, dibujos, imágenes mentales y el desarrollo del lenguaje hablado.
El pensamiento es ahora más rápido, más flexible y eficiente.

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